Un parásito es un organismo que vive sobre o dentro de otro organismo, de especie diferente, llamado huésped.
Aunque los parásitos intestinales no los ves, pueden vivir en el organismo de tus hijos y causarles muchas molestias de salud, pero no te preocupes; se pueden combatir recibiendo tratamientos médicos o estableciendo varias medias que tienen como meta evitar que nuestros hijos adquieren estos parásitos
Incluyen las ya renombradas y molestas amibas y giardias, organismos muy pequeños que no podemos ver con nuestros ojos, pero que son capaces de multiplicarse dentro del cuerpo y desarrollar infecciones graves a partir de tan solo un organismo. La trasmisión de Protozoos que viven en el intestino humano a otro ser humano generalmente ocurre por la vía fecal-oral (por ejemplo, alimentos o aguas contaminadas o contacto de persona a persona).
Los Protozoos que viven en la sangre o tejidos humanos se trasmiten a otros seres humanos mediante un artrópodo (por ejemplo, picadura de un mosquito o Jején).
El contagio ocurre por una mala higiene, falta de agua potable, adecuado alcantarillado y onicofagia (comerse las uñas), ya que las amebas se propagan por moscas, cucarachas y manos o alimentos contaminados con heces. Si bien esta enfermedad puede darse a cualquier edad, es más grave en niños pequeños, ancianos y mujeres embarazadas.
Pueden vivir en el intestino grueso (Colon) sin causarle daño al niño, o presentar síntomas; pero hay que tener mucho cuidado porque en algunos casos pueden invadir la pared del colon y provocar dolor, inflamación y úlceras en el intestino grueso, siendo su principal síntoma la diarrea prolongada. Este tipo de parásito puede también diseminarse a través de la sangre y llegar hasta el hígado, y en pocas ocasiones a los pulmones, el cerebro u otros órganos, causando daño en esos tejidos.
Hay una infección producida por una ameba llamada NAEGLERIA que puede provocar una enfermedad conocida como Meningoencefalitis Amebiana primaria (una infección cerebral que provoca inflamación del cerebro y destrucción cerebral).
Si tu hijo en forma repentina presenta fiebre, dolor de cabeza, rigidez en el cuello y vomito; en especial si el niño ha estado recientemente en agua dulce, tibia, como lagos, ríos o aguas termales; busca atención médica inmediata.
Podemos sospechar que nuestro hijo padece de una parasitosis, si presenta algunos de estos síntomas:
No olvide la importancia de implementar medidas de prevención, para cuidar la salud de tu hijo y toda la familia, para lo cual ten en cuenta los siguientes consejos:
La prevención es la mejor opción para combatir las parasitosis, pegunta a tu pediatra sobre las opciones más apropiadas para desparasitar a tu hijo y a tu familia de forma segura y efectiva. La desparasitación regular puede ayudar a prevenir la transmisión de parásitos que pueden afectar negativamente la salud digestiva y general. Es importante seguir las recomendaciones del pediatra sobre el momento adecuado y los productos más seguros para desparasitar, teniendo en cuenta la edad, el peso, las condiciones de salud preexistentes y cualquier posible interacción con otros medicamentos.
*** Un correo de validación será enviado.
Conozca nuestra política de tratamiento de datos.
Participe y comente esta publicación: