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Mitos sobre la alimentación de los niños

Existen muchas falsas creencias acerca de la alimentación, sobre todo en el caso de los más pequeños de la casa. Esto ocurre debido a la desinformación que existe respecto a la alimentación de los niños. Si bien es cierto que todos los padres y madres buscan lo mejor para sus hijos, es necesario que estos sepan distinguir entre lo que es real y lo que es un mito. Es por eso que hoy desmentimos algunas de estas creencias.
 

1. El niño que no come “NADA”.

Muchas personas piensan que si el niño no come lo suficiente no va a crecer y entonces será necesario darle suplementos alimenticios. Sin embargo, no necesariamente debe existir un déficit porque todas las necesidades nutricionales se cubren si la alimentación es adecuada y saludable. Si el niño está contento, responde a los estímulos y es activo, entonces no hay motivos para preocuparse.

Pese a ello, muchos padres siguen pensando que la cantidad de alimentos que ingieren sus hijos no es suficiente, lo que les lleva a creer que deben complementar su dieta, o incluso a ofrecerles alimentos más apetecibles para los niños, aunque estos sean insanos, con tal de que coman más.
 

2. NUNCA hay que obligar a un niño a comer.

Debido a la creencia anterior, algunas personas consideran que hay que obligar a los niños que “no comen” a comer. Para lograrlo, los padres suelen acudir a chantajes o insistencia, lo cual no es adecuado. El problema con obligar al niño a comer, es que se genera un rechazo en el niño por la comida, que puede llevar a varios tipos de alteraciones o a una mala relación con la comida.

Si bien es necesario que el niño entienda la importancia de la alimentación, la obligación jamás será un buen camino para ello.


3. El desayuno NO es la comida más importante del día.

Existen muchos niños que rechazan el desayuno al levantarse, lo que se opone a la idea de que el desayuno es la comida más importante del día. Y aunque a muchos les cueste creerlo, esto es un mito.

Es mejor no desayunar a desayunar algo que no es sano para el organismo. En todo caso, vale la pena esperar a la próxima comida si es que esta será más nutritiva. El cuerpo humano puede esperar para recibir este alimento sin sufrir ningún trastorno o problema de salud.


4. Los purés y papillas NO los alimentan mejor.

Primeramente, la alimentación complementaria no debe iniciar antes de los 6 meses ni después de los 9. Algunas personas creen que las papillas o purés procesados son un gran alimento, cuando en realidad no es el caso. 

Estos preparados no son necesarios, lo ideal es ofrecer al niño alimentos naturales y saludables en las cantidades que él mismo desee. Pues nadie sabe mejor que el mismo niño, qué porción es la que satisface su apetito.

Al alimentar a los bebés con papillas, se está quitando al niño la oportunidad de manipular, oler y saborear los alimentos. Además, se aumenta el valor calórico en una sola ingesta. Al momento de preparar al niño un puré, es importante pensar en las cantidades de alimento que estamos incluyendo en la preparación para no exceder la porción indicada para el niño según su edad.


5. NO hay leche materna buena o mala.

La leche materna siempre será un buen alimento, son las empresas de leche artificial las que nos hicieron creer que existe la leche materna “mala”, lo cual, no es real. La síntesis de la leche materna depende de la succión del bebé y contiene todos los nutrientes que este necesita para su desarrollo y crecimiento adecuado. La leche materna siempre será el alimento más completo y beneficioso que tiene el bebé. Conoce más acerca de la lactancia materna y cómo mantenerla retomando el trabajo.


6. La sal y el azúcar NO son necesarios.

Suele suceder, que se le agrega sal o azúcar a los alimentos con el objetivo de que estos sean más agradables para el bebé y así, este coma más. Esta idea es equivocada, pues, por el contrario, esta adición de sal o azúcar hace que se pierda con el tiempo la capacidad innata de los niños de preferir alimentos dulces.

Es recomendable evitar estas sustancias siempre, sobre todo antes del primer año de vida. Luego se podrá utilizar de forma moderada la sal, evitando el consumo de ultraprocesados.


7. La fruta es mejor ENTERA.

Seguimos ofreciendo zumos de fruta a los niños cuando la mejor presentación de estos alimentos es entera. Contrario a las ideas de muchos padres y abuelos, el zumo es la peor opción, pues se pierde la fibra y los azúcares naturales se absorben rápidamente, actuando prácticamente como azúcar de mesa. La fibra tiene la capacidad de hacer que dicha absorción sea más lenta y por tanto, su efecto sobre el metabolismo es diferente.


8. Los frutos secos NO producen alergias.

Existen comentarios que aconsejan de forma equivocada no ofrecer frutos secos bajo la creencia de que provocan alergias en los bebés. Sin embargo, lo que no es recomendable es ofrecerlos enteros antes de los 3 años, pues pueden ocasionar atragantamiento.

Incorporar frutos secos desde el inicio de la alimentación complementaria es beneficioso en pequeñas cantidades, pues es una forma de prevenir alergias potencialmente letales en el futuro.


9. Las dietas vegetarianas o veganas en la infancia NO son peligrosas.

La Academia Americana de Nutrición afirma que las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables y nutricionalmente adecuadas, pues pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades. Estas dietas, si son bien planificadas, son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluidos el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para deportistas.

Esperamos que estos 9 datos te hayan sido de utilidad y que, la próxima vez que te mencionen alguno de ellos, tu sepas perfectamente qué es cierto y qué no.  Recuerda también que puedes comunicarte con nosotros para resolver todas tus dudas e inquietudes.

Referencias elpais.com

Agenda una cita para tu bebé con nuestros nutricionistas y resulve todas las dudas que tengas para evitar caer en mitos que pueden afectar la alimentación de tu pequeño.

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