Es un tema bastante controversial; hoy en día pediatras y personas que trabajan con la infancia y la adolescencia se preguntan si la tecnología es conveniente para el desarrollo apropiado del lenguaje.

El desarrollo es un proceso biológico altamente influenciable por condiciones ambientales.

La tecnología y especialmente el acceso al internet, con sus múltiples aplicaciones, llega masivamente al entorno infantil, influyendo notoriamente sobre el desarrollo neurológico de los niños y por supuesto sobre el desarrollo del lenguaje.

El mal uso de la tecnología puede llevar a una baja estimulación de los sentidos del olfato, gusto, tacto y a una sobre estimulación de la visión y la audición. La tecnología limita los retos necesarios para un buen desarrollo motor y sensitivo, llevando a comprometer el neurodesarrollo integral a lo largo de la vida.

Por otro lado, existe una enorme ventaja proveniente de esa abundante fuente de conocimiento que proporciona la tecnología en el desarrollo del lenguaje que se puede visualizar en las siguientes etapas: Varios estudios han demostrado que desde antes de nacer, el bebé ya tiene desarrollados sus cinco sentidos: el tacto, la visión, audición, gusto y olfato. El desarrollo del sentido de la audición en el feto y en el bebé supone las partes estructurales del oído externo y medio que se desarrollan en los primeros 5 meses de gestación y llega a ser funcional como tal hasta los 6 meses de embarazo.

Dado lo anterior es claro que el bebé en el interior de su madre escucha y que una forma de estimularlo es hablarle o darle la posibilidad de escuchar música.

Entraríamos también en el campo del tipo de música que es apropiada para el feto. Un ejemplo de avance de la tecnología en este sentido es el famoso efecto Mozart. ¿Poner música va a desarrollar la inteligencia del bebé?. Un término inventado por el Dr. Alfred Tomatis alrededor de 1990 dice que si el bebé escucha música clásica durante el embarazo, hará que se estimule el crecimiento del cerebro y que se establezcan las conexiones neurales. 

De acuerdo con muchos investigadores, esto es exagerado y no existe una evidencia científica que lo apoye. Pero, ¿más es mejor? ¿Y realmente importa si estás escuchando a Mozart o a Jorge Celedón? No necesariamente, como lo dijimos anteriormente, no existe una evidencia científica que demuestre que la estimulación acústica hace algo para influenciar en la creatividad, inteligencia o desarrollo del bebé. De hecho, algunos investigadores se preocupan que si pones audífonos a tu abdomen puedes, más bien, interrumpir los patrones de sueño y desarrollo natural del bebé. WebMD reporta que el estímulo llega naturalmente a tu bebé gracias a las conversaciones y actividades de tu vida diaria y esto es más que suficiente para prepararlos al mundo fuera del útero. La madre naturaleza hace un buen trabajo al presentarle el tipo necesario de estimulación que llega en el momento adecuado del desarrollo del bebé.

Continuando con el tema de la tecnología la abordamos a partir del nacimiento; han existido y existen cantidades de teorías que dicen que un bebé estimulado apropiadamente alcanza los correctos parámetros para el aprendizaje.

Es importante para entender este concepto hablar sobre la plasticidad neuronal. Como su nombre lo indica, la neuroplasticidad es la capacidad del cerebro a ser moldeado en respuesta a exigencias ambientales. Los estímulos ambientales producen conexiones neurológicas nuevas y una vez establecidos los cambios, ellos van a permitir el desarrollo de otras competencias. La plasticidad neuronal no es excepcional en la infancia, esta se puede dar incluso en los más viejos. Sin embargo, en los primeros años de vida, cuando el cerebro está en una fase activa de construcción, las experiencias sensoriales tienen mayor capacidad de fortalecer este circuito neuronal, por lo que es tan fundamental la adecuada estimulación. 

Un niño que no ha sido estimulado puede conllevar una deficiencia. Hoy en día los niños de todas las edades están expuestos a diferentes tecnologías: tabletas, televisión, celulares y videojuegos, entre otros. En Estados Unidos existen encuestas que arrojan datos alarmantes del sobreúso de estos elementos, por ejemplo: indican que el 50% de las familias no apagan el televisor en todo el día, reemplazan el comedor por la sala de televisión, las tasas de obesidad infantil aumenta de manera exponencial gracias al sedentarismo secundario y al exceso de tiempo en pantalla.

Según un estudio de mercadeo de la firma Childwise los niños entre los 5 a 16 años están un promedio de 6 horas al día frente a una pantalla, en comparación a tres horas en 1995. Todo esto nos lleva a concluir que hay un exceso en el consumo de productos tecnológicos, lo cual genera problemas en el área del lenguaje.

En esta tabla podrán comparar los aspectos positivos y negativos de la presencia de la tecnología en el lenguaje:

CONCLUSIONES

1. La tecnología debe tener en el niño límites para que no se vean afectados procesos de: Inter-relaciones familiares: Ningún aparato cambia el proceso de un cuento leído por los padres o familiares. Es necesario en el crecimiento del niño la relación con sus familiares.

El uso de estos aparatos es generalmente individual. El niño necesita fantasear, realizar lectura imaginaría (Es aquella que el niño inventa viendo las imágenes) además de expresar oralmente cada día mejor sus emociones y deseos que le permitirán un buen desarrollo posterior de la lecto-escritura.

2. El Uso inadecuado del volumen de los auriculares genera hipoacusias que con el tiempo afecta no solo el oído sino en general el desarrollo del lenguaje.

3. La posibilidad de cambiar inmediatamente de juego, de música, de cuento o película va generando en el niño la posibilidad de tener períodos de atención cortos; lo que posteriormente afectará su proceso cognitivo escolar.

4. No es necesario obtener todas las fuentes de tecnología para que el desarrollo del niño sea óptimo.

RECOMENDACIONES

Recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para el uso adecuado de la tecnología según el grupo de edad publicado en octubre del 2016:

1. Para niños menores de 18 meses, evite el uso de la pantalla excepto la video llamada. Los padres de niños entre los 18 a 24 meses que quieran introducir los medios digitales deben escoger un programa de alta calidad y mirarlos con sus hijos para ayudarles a entender que están observando.

2. Para niños entre los 2 a 5 años, limite el uso de pantalla a 1 hora al día y siempre garantizando que sean programas de alta calidad. Los padres deben ver junto con sus hijos los programas para ayudarles a entender lo que están viendo y aplicarlo al mundo alrededor de ellos.

3. Para niños mayores de 6 años, tenga límites consistentes en el tiempo 
gastado y en los tipos de aparatos electrónicos que usa, esté seguro que estos no reemplacen el sueño, la actividad física y otras actividades esenciales para el desarrollo.

4. Designe tiempos en familia, libres de aparatos electrónicos, como la cena, el carro y en lugares de la casa como el cuarto.

5. De información sobre la seguridad de la comunicación en línea, incluyendo tratar a otros con respeto.

Referencias: 
Revista Parker Edición 5