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Kinesiotaping o vendaje neuromuscular

El vendaje neuromuscular o kinesiotaping es un tipo de vendaje  elástico, hecho de algodón, con una capa de adhesivo hipoalergénico, que se activa con el aumento de la temperatura; es resistente al agua por lo que ayuda que su aplicación sea prolongada de 3 a 4 días; además al momento de utilizarlo no restringe el movimiento.

La aplicación del kinesiotaping puede mejorar la función muscular debido a que aporta constantes estímulos a la piel enviando señales al sistema nervioso central. Por lo tanto el vendaje es un buen complemento en el tratamiento rehabilitador llevado a cabo por un fisioterapeuta para diferentes tipos de alteraciones. En el caso de los niños se utiliza el mismo vendaje que en los adultos, sin embargo la forma de aplicación, la tensión utilizada y las patologías sobre las que se actúan son diferentes y específicas. Para ello hay que darle un uso adecuado y eficaz.

Consideraciones que se tienen en cuenta:

El vendaje en los niños debe ser lo más minimalista posible, porque la excesiva carga de información a un cerebro en desarrollo puede resultar sobre estimulante y no dar el resultado deseado. Debemos tener en cuenta que los niños tienen la piel más fina que los adultos por lo que la cantidad de información que transmite el vendaje desde la piel al sistema nervioso será muy importante. El objetivo del vendaje debe ir en completa coordinación con los objetivos planteados en terapia en ese momento concreto del proceso rehabilitador.

El vendaje puede ocasionar reacciones alérgicas en la piel, por lo que se hace una prueba con un pequeño trozo colocado en una zona sensible como el abdomen durante unos días para detectarlas.

Se puede mojar, por lo que el niño puede ducharse con normalidad. Deberá secarse de forma cuidadosa con una toalla sin aplicar calor directo, ya que esto provocaría una mayor adherencia de la venda a la piel.

¿En qué casos se aplica el vendaje neuromuscular?

  • Alteraciones del tono muscular, como hipotonías e hipertonías.
  • Alteraciones ortopédicas, como desalineaciones en miembros superiores o inferiores (recurvatum de rodilla, subluxación de rótula, pie plano)
  • Alteraciones en la manipulación, facilitando una mejor postura del miembro en general y de la mano en particular, llevándola a una posición más funcional.
  • Falta de experiencia de movimiento, ayudando a una mejor integración sensorial.
  • Dificultades en el control del babeo o en la deglución y fonación (área de la fonoaudiología)
  • Lesiones traumatológicas, como esguinces y tendinitis.
  • Alteraciones de postura.

Es una herramienta útil en la fisioterapia, que empleada de forma adecuada puede ser un buen complemento en el proceso de rehabilitación del niño.

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