CORRECTA NUTRICIÓN DURANTE EL EMBARAZO
La gestación y la lactancia son etapas donde se incrementan las necesidades nutricionales tanto de la madre como del bebé. Esto se debe, por un lado, a las demandas requeridas para el desarrollo y crecimiento del feto y por otro para la formación de nuevas estructuras o materias necesarias en la gestación como placenta, útero, glándulas mamarias, sangre, etc. Igualmente, para la constitución de depósitos energéticos que aseguran las demandas de energía que van a presentarse en el parto y lactancia.
El aumento total de peso durante el embarazo puede ser entre 10 - 12 Kg. Distribuidos más o menos en la siguiente forma:
Total: 10 Kg.
Este aumento de peso es progresivo, pero va acelerándose a medida que se va acercando el final; en el primer trimestre es escaso, incluso nulo. En ocasiones se produce la pérdida de 1-2 Kg, debido a los vómitos o náuseas que quitan el apetito.
Estos trastornos digestivos desaparecen de forma natural al cuarto mes. Ya en el segundo y tercer trimestre la curva de peso se remonta y el apetito se vuelve más exigente, siendo recomendable controlar el aumento de peso.
La cantidad de Kg adquiridos durante el embarazo es variable según la mujer. Las madres jóvenes y las primerizas ganan generalmente más que las de más edad. La actividad diaria de la mujer (sin estar embarazada) tiene un gasto aproximadamente de 2.000 calorías. Durante los primeros meses de embarazo, la cantidad de calorías debe mantenerse entre 2.000 y 2.200 aproximadamente por día. Conforme la gestación progresa, los requerimientos del niño aumentan y el consumo de calorías por parte de la madre puede llegar a 2.600 al final del embarazo.
Los carbohidratos son el combustible preferente del cuerpo humano. Para cubrir sus necesidades, la mujer embarazada debe consumir de 300-400 gr en forma de almidones y azúcares simples. La cantidad de azúcares simples, de digestión rápida y fácil, no debe exceder del 10% de la ingesta energética total. En cuanto a los almidones (leguminosas y cereales) son de digestión más lenta y tienen menos responsabilidad en la obesidad.
Los lípidos o grasas en la mujer embarazada tienen un papel energético participando directamente en la estructura y funcionamiento de las membranas celulares. Debemos intentar diversificar las fuentes y repartir equitativamente los lípidos de origen animal y vegetal.
Necesidades de minerales:
REPARTO Y COMPOSICIÓN DE LA DIETA
Desayuno:Debe ser copioso, equilibrado y completo, rico en proteínas y grasas y, si es posible, que contenga lípidos de fácil digestión y fibras vegetales, que retardan el vaciado gástrico y permiten una saciedad de larga duración.
Almuerzo: Compuesto por todos los elementos indispensables para la síntesis y la fisiología de la embarazada: verduras cocidas que proporcionan fibras menos duras (más adecuadas para la alimentación de la gestante), minerales y vitaminas, asegurados por las ensaladas, productos lácteos y la diversificación en la alimentación. Esta comida del mediodía debe proporcionar 1/3 del total diario, o sea, para una ingesta de 2200 Kcal, debe representar unas 750.
Merienda: A media tarde, aunque no es indispensable, por lo menos es muy útil tomar una colación para evitar los accesos de hipoglucemia y sobre todo, para aligerar las dos comidas principales.
Cena: Debe ser ligera, especialmente durante esta etapa. Por lo que se recomienda, tratar de cenar al menos dos horas antes de ir a la cama.
Errores que no deben cometerse:
Referencias: Revista pediátrica Edición 4
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