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Beneficios de la neuropsicología en los pequeños

La atención temprana es un tipo de intervención dirigida a la población infantil de entre 0 a 6 años que presenta alguna dificultad en su desarrollo o riesgo de padecerla. Este tipo de intervención, se llama temprana precisamente porque se da en ese rango de edad, coincidiendo con el periodo de mayor plasticidad cerebral.

La neuropsicología en atención temprana busca determinar el nivel de las capacidades del niño, principalmente de las áreas cognitiva, motriz, adaptativa, sociales y comunicativas, con el fin de optimizar de manera general el desarrollo evolutivo del niño, así como reducir posibles déficits a futuro.

Esta intervención no solo se da, como hemos comentado, en niños que presentan algún trastorno o síndrome diagnosticado, sino también en bebés que por alguna causa, puedan presentar retraso en su desarrollo evolutivo como pueden ser bebés prematuros, bebés que hayan presentado sufrimiento fetal durante el parto o alguna otra complicación en su nacimiento o posteriormente.

 

 

Aquí te damos algunos consejos que puedes llevar a cabo si tu pequeño necesita estimulación porque presenta algún tipo de dificultad en su desarrollo.
 

1. En el área motora, podemos estimular la coordinación ojo-mano a partir de los seis meses mediante juegos que impliquen sacar y meter objetos pequeños de un recipiente. A medida que el niño vaya siendo más mayor, también se pueden llevar a cabo juegos como rompecabezas que le van a ayudar a mejorar la coordinación y lateralidad.
 

2. Dentro del área cognitiva, se encuentran funciones como la atención, la memoria o la percepción entre otras, podemos estimular por ejemplo la capacidad de resolución de problemas a partir de un año, colocando un juguete que le guste fuera del alcance del niño, y dejar a su vez algún palo, escalera, o utensilio que le pueda facilitar poder coger el juguete. Este tipo de ejercicios los podemos generalizar a otras situaciones en las que estimulemos al niño a encontrar soluciones a los problemas que le planteamos.
 

3. Por último, dentro del área social, buscamos estimular y mejorar la relación con los demás y con el medio. Por ejemplo a partir del año, ya podemos enseñar al niño habilidades básicas como recoger sus juguetes, vestirse o desvestirse, colaborar en el baño, etc… A partir de los tres años, debemos  estimular la comunicación social, haciendo y contestando preguntas sociales como por ejemplo: ¿Cómo te llamas?, ¿Cuántos años tienes?, ¿Cómo te encuentras hoy?

Todas estas actividades se trabajarán con el terapeuta en un contexto terapéutico, pero deberán continuar llevándose a cabo en casa. 

referencia: psicoabaco.es


Además de esto, es importante que los padres vigilen como va siendo el desarrollo evolutivo de su hijo, y ante cualquier duda consulten al pediatra, donde serán valorados por especialistas en atención temprana que le orientaran, en caso de necesitar intervención.

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