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Apendicitis en niños

LA APENDICITIS EN NIÑOS

¿QUÉ TANTO SABES SOBRE EL APÉNDICE?

Antes de hablar sobre la apendicitis en niños, recordemos que el nombre científico del apéndice es apéndice vermicular, por su parecido a la lombriz (vérnix), de ahí viene su nombre y aún se discute sobre su origen. Se sabe que, desde la aparición de los mamíferos y rumiantes hace más de 200 millones de años, apareció también el apéndice; un “dedo” que está en la unión del intestino delgado (íleon) con el grueso (colon) en el ciego. Se dice que en esos años era un reservorio de más capacidad donde los mamíferos y herbívoros almacenaban semillas para las épocas de ayuno y hambruna, pero con el tiempo se fue adelgazando y reduciendo. Hoy en día sabemos que el apéndice cumple funciones de defensa, pues es un órgano linfoproliferativo (como el bazo o los ganglios) y cada día más se le atribuye como un depósito de “bacterias buenas” que sirven para favorecer absorción de proteínas y vitaminas como el complejo B, entre otras. Aun cuando esas son sus funciones primordiales, no es un órgano vital y al extraerlo otros órganos cumplen igual función sin que ocurra nada importante en nuestro organismo.

¿CUÁNDO Y POR QUÉ SE PRESENTA LA APENDICITIS?

La apendicitis se presenta cuando se obstruye la irrigación (limpieza) del apéndice por causas externas o internas, ¡no las pepas de granadilla! Es algo más frecuente en épocas frías, durante los resfriados de los niños, cuando su sistema de defensa está actuando. Se crecen los ganglios en varias partes del cuerpo, incluyendo el intestino, estos ganglios (adenitis mesentérica) pueden obstruir los vasos que irrigan (lavan) el apéndice y al no llegar sangre, las bacterias que están dentro del material orgánico hacen que se multipliquen, produciendo la “muerte de ese órgano”. Es ahí cuando aparece la apendicitis que, si no se trata a tiempo, causa que se perfore el apéndice, apareciendo luego la peritonitis, sepsis y probable muerte. Se dice que aproximadamente al 7% de la población le ha dado o le dará una apendicitis. En los niños se puede encontrar desde recién nacido (casos ocasionales) hasta la pubertad; su mayor frecuencia empieza desde los 5 años hasta los 12 años, cuando vuelve a disminuir esa frecuencia, y su mayor pico es entre los 7 y 10 años.

SÍNTOMAS DE APENDICITIS

Casi nunca un cuadro de apendicitis es igual a otro, en cada niño puede presentarse de modo diferente, lo que acá quiero describir es lo que más comúnmente se presenta, pero jamás quiero que sea una guía para que los padres diagnostiquen un cuadro de apendicitis, situación que debe de ser exclusiva de los médicos, no de las droguerías, ni de las abuelas, ni tías, o “fue que a un hermanito le pasó lo mismo y estuvo muy grave”. El diagnóstico definitivo lo hace solo el cirujano pediatra, y es él quien en últimas decide si es o no apendicitis, ayudado por el médico general y el pediatra, apoyándose también a veces por imágenes, principalmente la ecografía o el TAC.

Los síntomas comienzan sin fiebre, solo con una molestia o leve dolor en el abdomen, en la boca del estómago u ombligo, en el curso de las horas se desplaza hacia abajo y a la derecha del abdomen, los padres notarán que en la noche el niño se queja de un dolor sordo (más una molestia) que puede confundirse con una indigestión “porque ayer estuvo en piñata y comió muchos dulces”. Posteriormente, aparece el vómito y la falta de apetito (lo que confunde más a los padres), hacia las 12 – 18 horas aparece fiebre no alta, rara vez cerca a los 39.0 grados, por lo general 38.0 -38.5.

El dolor es la constante de esta enfermedad y siempre estará presente, no desaparece nunca desde que se instaura hasta que se opera, por eso nunca se deben dar analgésicos y menos autoformulados. El dolor va aumentando paulatinamente en intensidad, sin ser súbito o en cólicos, hasta que se hace ya intolerable, y es en ese momento en que el niño debe ser trasladado hacia su centro médico para una valoración por el médico general, quien con sospecha de apendicitis pedirá los exámenes de sangre para que el pediatra los revalore y tome una decisión. Es por estas razones que el dar analgésicos o antibióticos sin respaldo médico hace que la forma de presentarse la enfermedad cambie y pueda llegar a confundir al médico, quien al no estar bien informado o con un examen físico “falso” por la medicación no autorizada, puede llegar a la decisión errónea de descartar una apendicitis, regresar al niño a su casa y luego reingresar con una probable peritonitis.

TRATAMIENTO

El único tratamiento hoy en día para la apendicitis es la cirugía, es probable que en algunos años se pueda decir algo diferente; sin embargo, hasta ahora el único tratamiento es el quirúrgico. Entonces, estos niños deben ingresar en las primeras 12 horas al centro médico que le corresponda, allí los médicos concluyen rápidamente si es un cuadro de apendicitis y se llamará al cirujano pediatra, se dejará en observación durante un tiempo prudencial sin dar ninguna medicación, a excepción de líquidos endovenosos para mantenerlo hidratado, y se suspenderá la vía oral. Acudirá el especialista y con los datos que se obtengan con ayuda del examen de sangre, se podrá concluir si se trata de un cuadro de apendicitis y se procederá a llevarlo a cirugía, si aún persisten las dudas, podría solicitar una ecografía que no es un examen exacto y solo ayudará a un diagnóstico, pero es el cirujano quien en últimas decide sobre el manejo y tratamiento, no los exámenes.

Hace unos años esta era una cirugía mayor y con largas hospitalizaciones, pero actualmente en Harker Centro Pediátrico contamos con mejores y prontos diagnósticos que permiten que la cirugía sea de corta hospitalización, es decir, si se toma en las primeras horas del día, la salida será en no más de 24 horas, y además se le suministran antibióticos de última generación al paciente para garantizar su recuperación. Aunque si, por el contrario, el niño es llevado a cirugía tardíamente o ya con cuadros complicados de peritonitis por estallido de apéndice, la cirugía será más complicada y el periodo de convalecencia será en ocasiones hasta de 8 a 10 días, y a veces con apoyo de las unidades de cuidados intensivos dependiendo de la gravedad del cuadro.

CONCLUSIONES

La apendicitis debe ser diagnosticada solo por el personal de salud, principalmente médicos y en las primeras horas de la enfermedad. El diagnóstico se hace por la historia que nos dan los padres y con el examen físico (por eso no se debe dar medicación alguna) y en ocasiones ayudado por imágenes, los exámenes de sangre no hacen diagnóstico. El único tratamiento posible es el quirúrgico, con buen pronóstico si se consulta a tiempo. En 8 días ya debe estar en sus actividades escolares, y al mes aproximadamente totalmente inmerso en su vida cotidiana.

Referencias: Revista Parker 8.ª edición.


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